sábado, 12 de diciembre de 2009

Fuente del Esparto -> Pico Almendrón -> Barranco de los Cazadores

Esta fue quizás una de las más espectaculares y duras de las que hayamos realizado, aunque ni mucho menos de las más difíciles de la zona de la Sierra Almijara. Con la ausencia de nuestro amigo Juan Carlos, Jorge y yo ávidos de montaña decidimos irnos para Nerja y abordar la súbida de este pico Almendrón de 1.516 metros desde la Fuente del Esparto con idea de realizar la vuelta por el Barranco de los Cazadores.


Salimos tarde, probablemente porque el que escribe querría dormir y esto nos costó un acelerón al final de la ruta para poder llegar con luz natural al coche, que habíamos dejado junto al carril de la Fuente del Esparto. Para acceder a este punto tomamos cerca de la Cueva de Nerja un desvío hacia un área de recreo conococido como El Pinarillo y poco más adelante en una curva cerrada encontramos el comienzo de dicho carril.



Comenzamos alegremente nuestra ruta que rápidamente se convirtió en un duro ascenso por un estrecho camino entre matorrales, desde donde cada vez el coche se veía más y más lejano. No sin dudas y al principio un poco desorientados proseguimos por dicho camino que suponía un desvío del carril principal. Jorge no paraba de decir que no era el camino correcto, pero la subida que llevábamos realizada, la intuición y la inestimable ayuda de nuestro libro de mapas y rutas por la Axarquía no nos hacía pensar en deshacer lo andado. El calor, a pesar de estar en Diciembre, se hizo notar y sudamos bastante en este tramo.




Con un poco de suerte y esfuerzo, dadas nuestras condiciones físicas, llegamos hasta el primer collado donde nos quedamos maravillados de las vistas, por un lado el valle del río Chillar y por otro lado el Barranco de los Cazadores.









Continuamos nuestra andadura ahora un poco más suave y así, tras cruzar un enorme canchal y pasar cerca de las agujas del Almedrillo, llegamos hasta una zona donde para proseguir había que pasar por una estrecha crestita que la verdad que imponía por lo que había bajo nuestros pies. Fue justo en esta zona donde en el otro extremo de la cresta nos cruzamos con una pareja y su perrillo, donde la chica dudaba de si seguir o no. Estábamos justo en la cara este del Almendrón, que fue lo máximo que nos acercamos a su inexpugnable pico.




Tras dejar atrás su base empezamos el empinado descenso hacia el barranco de los Cazadores. 




Pasamos cerca de algunas minas y el paisaje era verdaderamente abrupto y frondoso en cualquier dirección. Sólo nos quedaba seguir descendiendo por el barranco hasta llegar a nuestro punto de partida.




Atravesamos el mismo enorme canchal que horas antes habíamos pasado en dirección al Almendrón.








La vuelta la hicimos a marchas forzadas porque vimos como la niebla iba entrando en el valle y la luz cada vez agonizaba más. Mi buen amigo Jorge, me recordaba que teníamos que acelerar el paso. 



Y así concluyó este día de montaña realmente bien aprovechado y con unas vistas inmejorables.